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¿Por qué nos besamos bajo el muérdago? De todas las plantas utilizadas en la decoración navideña, pocas tienen una historia tan larga e interesante como el muérdago.
¿Qué es el muérdago?
Con hojas de hoja perenne, flores amarillas y bayas blancas, generalmente se observan grandes grupos de muérdago creciendo en lo alto de las copas de los árboles frutales, arces y, a veces, robles. Aunque tiene una fuerte asociación con los besos navideños, la planta de muérdago no es muy romántica: es un parásito que se adhiere al árbol huésped de su elección y extrae agua y nutrientes para sí mismo.
¿Por qué la gente se besa bajo el muérdago?
En una antigua leyenda nórdica, Frigga, la diosa del amor, tuvo un hijo llamado Balder, el dios de la inocencia y la luz. Para protegerlo, Frigga exigió que todas las criaturas, e incluso los objetos inanimados, hicieran un juramento de no dañarlo, pero se olvidó de incluir el muérdago. Loki, el dios del mal y la destrucción, se enteró de esto e hizo una flecha con una ramita de muérdago. Luego engañó a Hoth, el hermano ciego de Balder, para que disparara la flecha de muérdago y lo guió para matar a Balder. La muerte de Balder significó la muerte de la luz del sol, lo que explica las largas noches de invierno en el norte.
Las lágrimas de Frigga cayeron sobre el muérdago y se convirtieron en bayas blancas. Ella decretó que nunca más debería causar daño, sino que debería promover el amor y la paz. A partir de entonces, cualquiera que estuviera bajo el muérdago recibiría un beso. Incluso los enemigos mortales que se encontraban accidentalmente bajo el muérdago tenían que dejar sus armas a un lado e intercambiar un beso de paz, declarando una tregua por ese día.
Conocida como «la planta curativa», los antiguos celtas también utilizaban el muérdago, que era una gran parte de las celebraciones del solsticio de invierno. La planta contiene progesterona, la hormona sexual femenina, y quizás esta sea otra de las razones por las que se asoció con los besos.
En el siglo XVIII, durante la temporada navideña se colgaban en ventanas y puertas las tradicionales “bolas para besar” hechas de boj, acebo y muérdago. Una joven atrapada bajo el muérdago no pudo negarse a darle un beso. Se suponía que esto aumentaría sus posibilidades de matrimonio, ya que una chica que no fuera besada podría seguir soltera la próxima Navidad. Según una antigua costumbre, se retira una baya después de cada beso hasta que se acaban todas.