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La verdad sobre el envejecimiento y la demencia

Publicado por: Centers for Disease Control and Prevention

Nuestro cerebro cambia a medida que envejecemos, pero la enfermedad de Alzheimer y las demencias relacionadas no son una parte inevitable de este proceso. De hecho, hasta un 40 % de los casos de demencia se pueden prevenir o retrasar. Cuando se trata de la salud del cerebro, es útil comprender lo que es normal y lo que no lo es.

El envejecimiento normal del cerebro puede significar una menor velocidad en el procesamiento y una mayor dificultad para realizar varias tareas al mismo tiempo; pero la memoria, las habilidades y los conocimientos de todos los días son estables e incluso pueden mejorar con la edad. Es normal olvidarse de vez en cuando de cosas recientes, como dónde se dejaron las llaves o el nombre de la persona que uno acaba de conocer.

Cuándo podría ser demencia

En los Estados Unidos, 6.2 millones de personas de 65 años en adelante tienen la enfermedad de Alzheimer, el tipo más común de demencia. Las personas con demencia tienen síntomas de deterioro cognitivo que interfieren con la vida diaria, los cuales incluyen alteraciones en el lenguaje, la memoria, la atención, el reconocimiento, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Los signos a los que debe prestarse atención incluyen:

  • Ser incapaz de completar tareas sin ayuda.
  • Tener dificultad para nombrar objetos o a familiares cercanos.
  • Olvidar la función de los objetos.
  • Repetir las preguntas.
  • Tardar mucho más tiempo para completar tareas comunes.
  • Perder objetos con frecuencia.
  • No poder volver sobre los pasos y perderse.

Siete formas de ayudar a mantener la salud de su cerebro

Hay estudios que muestran que los comportamientos saludables, que pueden prevenir algunos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiacas, también pueden reducir el riesgo del deterioro cognitivo. Aunque la edad, la genética y los antecedentes familiares no se pueden cambiar, la Comisión Lancet sobre prevención de la demencia, intervenciones y cuidados parece indicar que abordar los factores de riesgo podría prevenir o retrasar hasta un 40 % de los casos de demencia.

Esto es lo que puede hacer:

  • La presión arterial alta puede aumentar su riesgo de presentar demencia.
  • Deje de fumar. Dejar de fumar ahora podría ayudar a mantener la salud de su cerebro y reducir su riesgo de presentar enfermedades cardiacas, cáncer, enfermedades pulmonares y otras afecciones relacionadas con el tabaquismo. Línea gratuita para dejar de fumar: 1-855-DÉJELO-YA
  • Mantenga la presión arterial a un nivel saludable. Decenas de millones de adultos en los Estados Unidos tienen presión arterial alta y muchos no la tienen bajo control. Infórmese
  • Haga actividad física. Estudios de los CDC (por sus siglas en inglés) muestran que la actividad física puede mejorar el pensamiento, reducir el riesgo de depresión y ansiedad, y ayudarlo a dormir mejor. Estos son algunos consejos para ayudarlo a comenzar.
  • Mantenga un peso saludable. Un peso saludable no tiene que ver con cambios en la alimentación a corto plazo. En cambio, se trata de un estilo de vida que incluye alimentarse de una manera sana y hacer actividad física en forma habitual.
  • Duerma lo suficiente. Un tercio de los adultos en los Estados Unidos dice que habitualmente duerme menos de las horas que se recomiendan.
  • No se aísle. Hay muchas formas en que los adultos mayores pueden involucrarse en sus comunidades.
  • Maneje su nivel de azúcar en la sangre. Aprenda la forma de manejar el nivel de azúcar en la sangre especialmente si tiene diabetes.

Afecciones que pueden imitar los síntomas de la demencia

Los síntomas de algunas deficiencias vitamínicas y afecciones médicas como la deficiencia de vitamina B12, las infecciones, el hipotiroidismo (tiroides poco activa), o la hidrocefalia de presión normal (afección neurológica causada por la acumulación de líquido en el cerebro) pueden imitar los síntomas de la demencia. Algunos medicamentos recetados y de venta sin receta pueden causar síntomas parecidos a los de la demencia. Si usted tiene estos síntomas, es importante que hable con su proveedor de atención médica para averiguar si hay alguna causa subyacente de estos síntomas.

¿Qué hacer si un ser querido está mostrando síntomas?

Hable con su ser querido sobre la posibilidad de consultar a un proveedor de atención médica si está teniendo síntomas de la enfermedad de Alzheimer para que se haga un chequeo del cerebro.

Cuando sea el momento adecuado, hable sobre los temas relacionados con la seguridad, como manejar un vehículo y llevar una identificación. Los síntomas de la demencia incluyen perderse en lugares conocidos; tener dificultad para juzgar la distancia, determinar colores y contrastes, y leer, lo cual puede hacer que manejar un vehículo sea especialmente difícil.

Ayude a su ser querido a comenzar a recopilar sus documentos importantes, como instrucciones anticipadas para la atención médica o testamento vital, poder notarial duradero para la atención médica y documentos financieros o de planificación patrimonial. Programe una reunión familiar. Cuando se cuida a alguien que tiene la enfermedad de Alzheimer o una enfermedad relacionada, las reuniones familiares son importantes para asegurarse de que se comparta la información, establecer planes de cuidados y ayudar a dividir las tareas entre los miembros de la familia. A continuación, se ofrecen algunos consejos y estrategias para ayudar a planificar una reunión familiar productiva que incluya el establecimiento de metas, la planificación, la coordinación y el seguimiento.

Siéntase capaz de hablar de sus problemas relacionados con la memoria

Más de la mitad de las personas con pérdida de la memoria no han hablado con su proveedor de atención médica, pero no tiene que ser así en su caso. Acostúmbrese a hablar con su proveedor atención médica si observa algún cambio en la memoria o tiene más confusión, o si tan solo quiere hacer algunas preguntas. También puede hablar acerca de la planificación de la atención médica, el manejo de las afecciones crónicas y las necesidades de la prestación de cuidados.

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